Se mueve con un motor 2,0 turbo de 240 caballos y la caja es automática de 6 marchas con mandos en el timón. Grande, lujoso y bien equipado, justo con un precio que arranca en los $69 millones.
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Aunque el Ford Fusion lleva más de seis años en el mercado colombiano, para muchos sigue siendo un carro que no estuvo en la lista de sus opciones en la gama. Pero la nueva edición del automóvil no pasará desapercibida y, de hecho, con el solo anuncio de prensa ya se evaporaron más de 60 unidades previstas para impulsar su relanzamiento.
La sola estampa vende. Le pusieron narices a lo Aston Martin, alargaron todo el cuerpo, refinaron mucho la caída trasera, con lo cual se ve aún más largo y "limusinesco", y reformularon todo el vehículo, de pies a cabeza, tal como le sucedió al Focus.
La razón para este cambio estriba, además de la natural evolución de los productos, en que este auto ya no es versión del Mazda 6 con un motor diferente que provenía de la unión que tenían estas dos compañías. Pero hace ya tiempos Ford vendió su parte en Mazda y se "abrió" de la casa japonesa, de la cual dependía para todos sus autos livianos y pick ups livianos. De esa alianza solo queda el Fiesta en paralelo con el Mazda 2.
En ese orden de trabajos, el Fusion hay que mirarlo con otra lupa pues viene con un nuevo vestuario y otro empaque tecnológico.
Hereda el motor 2,0 turbo Ecoboost (este sí de verdad) de la Ford Escape, que ofrece una potencia de 240 caballos gracias al aporte de la inyección directa de combustible y la doble variación de los tiempos de ambos ejes de levas, que equivale perfectamente en prestaciones al V6 3,0 que reemplaza. Con la ventaja de que en la altura no se cae el rendimiento por la alimentación adicional que tiene el motor. La caja corresponde a la modernidad del propulsor pues es una unidad de seis velocidades hacia adelante, automática con selección manual de marchas en el timón.
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Se estuvo probando en la pista de Tocancipá, donde los puntos de referencia en la larga historia de modelos que han pasado por nuestras manos en ese recorrido de evaluación son ya muy precisos. El auto tiene buena salida y se siente el efecto del caballaje en la aceleración inicial de las dos primeras marchas, pero pierde mucho brillo cuando cae a tercera, y las multiplicaciones son tan largas que los otros tres cambios no se utilizan, llevando el motor al máximo de su giro.
El peso total del aparato, 1.674 kilos, juega en esa ecuación pues aunque da una relación peso/potencia muy buena, 6,9 kilos por caballo, se desaprovecha por la desmultiplicación del diferencial tan extendida (3,2 a 1). De todas maneras, las prestaciones se ajustan bien a su vocación de auto familiar, de gran tamaño y confort, y son más que suficientes para el uso normal y cotidiano, pero no van de la mano con su "cara de Aston Martin".
La caja, operada desde las paletas del timón, no es la más ágil en responder y los rebajes son bastante lentos cuando se trata de buscar la segunda en desaceleración.
Es decir, dinámicamente no es un avión, aunque todas las cifras de aceleración y velocidad tope (200 por hora) son más que decentes y suficientes para el usuario común. Pero conceptualmente, por presencia, equipo, configuración y tecnología, es un carro muy avanzado y excelente oportunidad cuando se cruzan sus características con el precio de 69 millones y medio de pesos para la única versión que se ofrece, llamada Titanium.
Ahí, el equipo y el vehículo en general exceden largamente su costo. Por ejemplo, viene con ocho airbags (dos para las rodillas de los ocupantes frontales, que no son nada comunes en la gama), información de presión de las llantas en la pantalla central, de 8 pulgadas y táctil, dirección electroasistida con compensación de vibraciones, cámara y sensor de reversa, asistente para arrancadas en pendientes, sensor de luces, encendido a distancia con el control remoto, que es personalizable, espejos exteriores con desempañadores y electrocrómicos, controles de estabilidad y tracción, silla con ajuste eléctrico, calefacción y tres memorias de posición para el piloto, además de toda la tecnología en comunicaciones y entretenimiento propia de la marca.
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La cabina es muy lujosa, espaciosa a morir y tiene un baúl enorme donde caben todos los equipajes potenciales del cupo de pasajeros y sus juguetes deportivos.
RECUADROS:
COMANDOS POR VOZ
La última versión del sistema SYNC de Ford está en el fusión. Con comandos de voz se puede manejar el teléfono por Bluetooth, que reconoce de manera automática e interactúa con el sistema de audio, todo activado desde la pantalla táctil de 8 pulgadas que domina el cuadro central de mandos. El audio es de Sony, con 12 parlantes, entrada auxiliar RAC para sonido y video, dos puertos USA y tres salidas de 12 voltios.
LA MECÁNICA INTELIGENTE
Por delante del radiador, el Fusión tiene unas rejillas que se abren y se cierran de acuerdo con la temperatura del motor, y a alta velocidad, si están cerradas, hacen que haya menor resistencia aerodinámica porque entra menos aire en la zona del motor y se bajan la turbulencia y el ruido de marcha. La suspensión trasera es independiente, tiene discos para frenos en las cuatro ruedas con todos los controles electrónicos debidos.
FRASES:
EL FUSION LLEGA EN UNA VERSIÓN ÚNICA, TITANIUM, CON TODAS LAS OPCIONES Y A UN PRECIO DE 69,5 MILLONES DE PESOS. SOLO HAY TRES COLORES: NEGRO, PLATA Y BLANCO.
LOS ASIENTOS DELANTEROS SON EN CUERO. EL DEL PILOTO TIENE DIEZ POSICIONES DE AJUSTE ELÉCTRICO, TRES MEMORIAS Y CALEFACCIÓN.
TIENE UNOS RINES MUY BONITOS, DE 18 PULGADAS, QUE LE DAN GRAN IMPONENCIA A LA FIGURA LATERAL. LAS LLANTAS SON DE BAJO PERFIL, 235/45.
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